miércoles, 8 de julio de 2009

Sonrisa en Línea A

Disculpa mi descarado actuar,
chica del kiosco
de Perú a Carabobo
no quisiera ser irrespetuoso…

Es que andaba con mi libro de Kafka
en la espera para ir hasta Saenz Peña
y de repente…
tu sonrisa
serena, sencilla,
me invadió como el mar la arena.

Llovieron las intrigas
¿Quién serías tú, qué harías,
quién se esconde en realidad
tras ese muro de golosinas?
¿Sabrías cuánto me inspiraste,
y cuánta vergüenza sentí
cuando te encontraste
con mis ojos al fin?

Juro que amaré hasta cielo al maquinista
que demoró el viejo tranvía
regalándome esos minutos para verte
escondido tras la viga.

El caso es que me movió el piso
tu tan sincera, vaga y bella mirada
tus ojos libres, vivos,
mientras le decías gracias
al transeúnte que te compraba
un Jorgito.

Y yo…
no pude seguir así como si nada
¡Tengo que escribirte!
Aunque quede como un loco
con mis ocasionales camaradas de vagón
y esté viajando como sardina enlatada;
tengo que decirte ya,
que si fué de verdad o de mentira da igual,
y que aunque la haya tomado para mí,
tan solo cuando
era para acompañar un cambio,
tu sonrisa
me alegró el día.

No hay comentarios: