martes, 14 de diciembre de 2010

Guarda, que en cualquier momento nos vamos

Con la muerte del tío, mí tío, comenzé un período de reflexiones sobre la muerte.
Específicamente, me empecé a cuestionar aquella parte de la muerte que tiene que ver con el más acá, dejando de lado la cuestión trascendental. Si, pensé a la vida en función de la muerte. ¡Qué novedad! ¡Descubriste América! Y sí, debo admitir que el período de mi vida que va desde la mitad de mis 22 hasta los 23 fue mi viaje de abstracción y mi embarque hacia lo desconocido. Podría decir que al llegar a los 23, descubrí finalmente el continente, viendo por fin la conclusión de mis razonamientos, las islas caribeñas de mis cuestionamientos: La muerte no avisará cuando llegue.
De un momento a otro, estaré muerto. Nació en mí así un sentimiento de emergencia, de inmediatez, totalmente desconocido. Me di cuenta que de un momento a otro, uno se muere, y todo lo que deja en vida es todo lo que fue hasta el momento. Todo lo que uno fue, es lo que deja. Porque si algún consuelo tenemos nosotros, seres pensantes, es que después de la muerte vamos a seguir existiendo. En el corazón de los demás, en el recuerdo colectivo, en un metal que tenga nuestro nombre inscripto… Eso es exactamente lo que nos deja tranquilos y posibilita que proyectemos una vida plácida en el tiempo, con etapas medio improvisadas, medio preconcebidas, con metas y objetivos… Es decir, sabemos que vamos a seguir existiendo y gracias a ello planeamos tranquilos llegar a viejos. Si hay un sentimiento aterrante, es morir sin que a nadie se le mueva un pelo, sabiendo que somos ya olvido. Eso, equivale casi a no haber nacido.
El asunto es: ¿Qué pasa si no llegamos a viejos? Porque más allá de no creo que al llegar a los 93 años pueda decir tranquilo: “Esto es todo lo que tenía para decir, ya estoy listo”, el problema, el nudo de la cuestión es qué pasa si la muerte me asaltara hoy. Lo que yo haya sido hasta el momento en que dé mi último suspiro, será todo lo que yo haya dicho. Y yo no sé si todo lo que yo fui, todo lo que yo hice o dejé de hacer era exactamente lo que quería decir. Realmente, hay muchas cosas a las que me aboqué en este último tiempo que ni siquiera se acercan a lo que quiero decir.
Por eso, y como ya he dicho lo que considero importante, lo que creo que debe de ser dicho para que nos despertemos, dejo una fórmula capaz de transmitir el menester sentimiento de urgencia, el necesario ruido de despertador que ejerce sobre el alma, y la convocatoria a tomar acción para no desperdiciar un solo segundo de vida: Hay que hacer lo que hay que hacer, porque en cualquier momento nos vamos.


PD: y buen viaje, tío querido. Vos dijiste mucho de lo que debe ser dicho, con tus propias manos.

domingo, 17 de octubre de 2010

El papel de la carne en la síntesis del sí

Angel caído, pájaro de alas heridas, se pregunta a cada alba
¿Cúando volverán a ser míos los vientos que en las alturas danzan?
Y hace retrospección, mirando hacia atrás, estudia todo cuanto pasó:
encuentra el sol. Encuentra el sol y nada más.

Aquí, artista sin musa ruega soñar, con un chispazo verdadero
que lo libere de la realidad, eso es todo para él,
sol luz esencias son de ayer
carne podrida cemento con humedad sólo queda en el mundo de los ciegos.

Pero la carne, el rol activo de la voluntad
a menudo queda del lado oscuro de los recuerdos,
quizá la inspiración era esa fija que lo sacaba del montón
pero sin manos ni cuerpo, ¿Dónde habría llegado hoy?

La firme intención de moverse en el mundo
la creyente convicción de la posibilidad
la bella construcción de una utopía en cada momento y lugar
la apertura de la percepción.

Síntesis del sí personal, sin carne
se queda en camino por la mitad.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

fila de hormiguitas trabajando en plaza Houssay

Quién sabe por qué las vi, quien sabe por qué estaban allí. Porque si de geografías ha de hablarse, no se pueden obviar las probabilidades del encuentro, y éstas, cuando hablamos de hormiguitas que no superan tres milímetros de existencia, son bajas como el subsuelo, mudas como lo ignorado.

Lo cierto, lo certero, lo verdadero, es que allí estaban. Enfrentando toda consecuencia, desafiando toda causa. Allí estaban, trabajando ordenadas, tranquilas como quien cumple una labor pesada por una causa justa, esencial, ineludible. Yo paseaba por plaza Houssay. Yo, un adulto con problemas, un hombre real, con la mente cansada, con la presión en la espalda. Era de tarde, caía el mentiroso sol de invierno porteño, que ilumina pero no calienta nada. Yo las ví, y me detuve a descansar. Tenía una tarea pendiente en vías de realizar y no tenía tiempo: cumplía mi día los requisitos diarios primordiales de propiedad de todo mortal. Seguir caminando era una tarea, una obligación de carácter moral, un imperativo de conducta, una costumbre de raíces infinitas.
Pero este día era diferente, lo supe en cuanto vi a las hormiguitas una tras otra, otra tras otra, todas caminando reinantes entre el pasto y el hormigón de la columna, gigantes cuando me acerqué a contemplarlas de cerca. ¡Eran hermosas! Se movían despacio y con dificultad, tomando lo que se pudiera de una mandarina a medio comer que yacía como yace la mercadería desparramada de un camión volcado al costado de un camino provincial. Cargaban, algunas, anchos pedazos que superaban su propio volumen y no dudo densidad. ¡Qué fortaleza, que decisión! Otras, recién llegadas, exploraban el tesoro como examinando un posible pedazo liviano, o alguna zona fácil de cortar, quién sabe.

Allí, en el centro del centro de la cuidad, donde el verbo “trabajo” no tiene porque sonar extraño, si me lo resultó a mí, que ya no eran tan yo, pues de tanto fijamente mirarlas de a poco me fui sintiendo una de ellas, recostada sobre mis patas de dura maniobra con tenaces garras en la boca, cumpliendo la fila. Su trabajo, de exquisitez extraordinaria, de rudeza inmortal, de minúscula importancia, era vida, vida laboriosa, era misión-cuerpo-y-alma, era todo lo que allí en las circunferencias de la plaza panorámica, bajo los lentes de la mirada humana, no se veía. Eran, simplemente, hormigas. Tras un rato, una hora, quizá días, de sentirlas, de amarlas, comprendí que sólo ellas importaban, que eran el motor oculto del universo, de nuestro gigantesco mundo de imágenes y versos cafeinados, que eran ellas el primer engranaje de la naturaleza, esa débil pero infinita correa que impulsa las poleas de la realidad. Tan débiles, tan sujetas a la arbitrariedad malévola de un dedo, que hacen olvidar su largas caminatas, su incesante pasión por darle vida al primer motor.

Comprendí, antes de irme despierto, obnubilado, ciego para el superfluo mundo de los asuntos humanos, que los problemas se disuelven en el agua pura, que los trajes molestan, que tener una causa y compañeros, familia empujando a nuestro lado, es la fuente de las cosas bien hechas y que el sudor es necesario. Pero por sobretodo, y desde el corazón hacia la piel, comprendí que de todo lo que pase en el mundo lo único realmente imprescindible es la marcha incesable de las hormiguitas.

lunes, 9 de agosto de 2010

La comunión

Comunión. Pensar. Actuar. Estar.
Una estrella brilla, dos son más. Quisiera. Deseo. Buscar. Una mirada sospechosa inspira que algo anda mal.
Será el sonido de la nada tictar como un reloj. Será el ruido de los pasos de quien marcha en comunión.
Fagocitante, desgarrador. Unión, permisión. Políticamente incorrecto, siempre quiso un alma vestida de espejo para mirarse y mirarse, para encontrar los detalles de la propia perfección en alguien mas. Su belleza sería universalizable. Sería la encarnación de lo divino, la real verdadera realidad. ¿Qué mas cierto que un alma gemela disfrazada como en un cuento a obra y medida de sus anhelos?.
Quiso, eso es lo que pasó, quiso encontrarsela en la calle, en un curso de gñana yoga, en la carnicería de Pichincha, no le importaba cómo conocerla, sólo quería, locamente quería, por que todo sueño que carece de mentira y desborda de expectativas es algo insano, más allá de toda sensatez reflexiva.
No le importaba tampoco si ella, piel de su piel, acuarela de su pintura, arte pura de su pincel, se descubriría de repente detrás de algún estudiante incípido en un aula de la facultad mirando hacia el pizarrón inutilizado aburrida como él en sus mejores años; o si aparecería de repente al doblar la esquina de Jujuy y Carlos Calvo (mano de los autos) asaltando como el más cruel ladrón su desprevenida atención besándolo de la nada, para siempre.
Tan cierto sería que la imaginación cumplía su tarea rígidamente noche tras noche, pues sólo era una cuestión de suerte, de tiempo que pasa, hasta que se cruzen las vías de estos dos trenes.
Su belleza sería universalizable, en un mundo total. Quiso, eso es lo que pasó, porque soñar con el dulce jugo de la naranja entera es totalmente gratuito, pero condena. Por eso, este transeúnte de cuentos soñó y soñó con la religiosa convicción en la redención útopica de su esperanza. Toda fé fué invadida en su corazón. La figura, moldeada y reconstruida a su macabra convicción, no sufría los tormentos inherentes a cada operación. Todo centro era el vértice de un potencial encuentro, y su pecho se desequilibró. Vagó como las sombras, al costado del camino, acariciando su preciosa evidencia, la exactitud de las cuentas del previsor de todo destino.
Vivir. Esperar. Curso maldito de los hechos. Moneda que cae de lado incorrecto. Gritó con todo, a la tierra y al cielo, a cuanto santo y caballo del porvenir se pasee por lo eterno. Lloró por dentro. En cuanto a su otro yo evidente y causal, hermosamente irreal, cada noche más exelsa, mas modesta, comenzó en espiral a ser odiada sin razón, o con todas las razones del mundo: ¡No pertenecer a él!
Su sangre, río de ilusión desbordado, hirvió cada gota con ira y repulsión, era soñada con asco.
En un segundo, se resuelve la ecuación.
Próximante, cuando él me cuente qué ocurrió con su comunión.

domingo, 4 de julio de 2010

Disparadores Lumínicos

Ofrezco exhaustiva lista de referencia personal.
Ofrecer un orden, empero, sería una empresa vaga y desconcertante.
La luz funciona como un dominó, al caer la primer ficha, todo lo demás se resuelve sin necesidad hacer nada. La filosofía china llama a eso el poder de "no hacer".

Por lo tanto, el que ofrezca una lista, y no sólamente un concepto, una oración, una consigna, revela de antemano que ignoro cúal de ellos es realmente el disparador para abrir el alma, el tercer ojo, o cualquiera sea su nombre.
Quizá signifique sino, que seaa una combinación exacta en proporciones exactas, de las que se dan sólo por obra de las probabilidades solidarias.
Quizá ninguno de ellos realmente es el disparador.
En este caso, será tal vez esta tipológica reseña otro aporte mas a la confusión general.
No obstante, conclusiones lumínicas jamás pueden constituir un mapa falso, a pesar de poder pecar si de incompleto.
Ofrezco cubrir el agujero de estos disparadores de acción con la multiplicidad de experiencias que la realidad ofrezca a la construcción de las subjetividades.

- Admirar el mundo de los sentidos
- Todo se resuelve. El conocimiento que sale desde adentro es capaz de percibir esa "línea de resolución natural".
- Buscar, entonces, el conocimiento que salga desde adentro.
- Proponerse usar la mente lo máximo posible...
- ... y descubrir el conocimiento puro, propio, verdadero.
- Ese concimiento fluye desde adentro, no tiene nada premeditado, sino que resuelve sobre la marcha.
- Enfocar el nudo de cada cuestión desde el comienzo
- Hablar franco, ser sincero
- Quiere el bien, tuyo y de los demás, por que sólo así podrás ser sincero plenamente
- Si puedes ser sincero, entonces obras con total libertad.
- Mira a los ojos, sólo así se sabe si uno está realmente siendo sincero.
- No enfrentarse a los demás, sino intentar llegar a una conclusión mutua
- Desea aprender, toma cada conclusión de cada oportunidad
- Tomar un rol activo en la vida. Sé el dueño de tu propia vida.
- Obrar según lo racinal, amar según lo emocional.
- Proponerse un ser ideal. Intentar realizarlo todos los días.
- Tomar a los demás como fines en sí mismos.
- El miedo no sirve para nada. Es necesaria la valentía para llevarse lo mejor de las cosas, para enfrentar las zonas oscuras propias y sociales.
- LLenarse de experiencias diferentes
- Cada detalle infimo es una oportunidad para mejorar el mundo.
- Las cosas empiezan por uno mismo.
- El mundo está lleno de belleza. Mejor: el mundo es la belleza. Búscarla, encontrarla, compartirla.
- No dar círculos. Proponerse un camino, un destino, un horizonte. Caminar firme hacia él.
- Ese camino, constituye "algo para hacer". Ten algo para hacer, y hazlo.
- Ignorar las cosas que no sirven: orgullo, vanidad, maldad, egocentrismo.
- Construir relaciones sociales simétricas absolutas. Parase de igual a igual con los demás siempre. No mirar interiormente por arriba. No creerse menos tampoco.
- Sé Libre. Liberarse es soltar las ataduras sociales que nos amarran por dentro y por fuera. Ser libre es no tener nada que perder, no tener miedo.
- Enfrentar las cosas con tranquilidad. Si se tienen buenas intenciones, no existe el mal puerto.
- Con sólo ser, se tiene lo esencial para abrazar lo cierto. Quitar la vista del vano mundo de los asuntos humanos, y enfocar el corazón en lo esencial.
- Un segundo de genuina percepción, convierte toda una vida en mera frivolidad.

La lista se irá llenando, con el tiempo, como ejercicio de memoria y tarea de existencia.
Todo ejercicio teórico está condenado a la finitud. He aquí el porqué de la superioridad del vivir. La vida es la conexión con lo absoluto.
Cada palabra de esta reseña, desvanecería ante los pies de una actitud verdaderamente genuina de lo que refieren.
El peculiar éxito de un mapa de esta naturaleza consituye un objeto suicida. Prender la luz interior comprende desnudar las palabras. Toda reductibilidad podrá ser posible a una oración, una palabra, una letra. Pero entonces, serán sólo eso.

martes, 15 de junio de 2010

Me cansé de lo malo

Ya me cansé de lo malo, de lo feo, voy a intentar quitarlo de mi vida.

Y no es que no he vivido con ello, al contrario, hasta hoy lo he estado haciendo, pero quiero parar porque estoy cansado, como quien corre y frena: ¿Hacia dónde estoy corriendo?

Me siento en el piso dejando que la vida siga transcurriendo y que empiece a perder puestos (lejos estaba igual de los primeros). Entonces veo obstáculos que al correr se me fueron prendiendo, como dolores en las rodillas, bolsas de plomo cargadas a la espalda.

Y así llego a pensar que lamentablemente sin opción debo prescindir del mal para poder correr mejor, y quién sabe, tal vez llegar con los primeros.

Ya sé que es un fraude, una decepción al sistema que tan piadosamente me ha dado todo lo que tengo, mi casucha, mi tv, el diario, el noticiero; mi trabajo que tan pícaramente me condena de lunes a viernes a estar sufriendo, dándome con esa humildad innata aquel dinero del que creo el sudor de mi frente no es merecedor.

Me duele, yo también sé que es traición, pero debo abordarla dejando aquí esa bolsa de plomo; si es que quiero pensar en mí. No me queda otra que ser un bueno idiota, yo no quise caer en esto, pero así son las cosas.

¡Cómo me duele poner en la bolsa la viveza del porteño, adquirida desde pendejo! Y el egoísmo, y el placer de la venganza al ver en malas a aquellos que no soportaba, la ambición, y muchos otros adjetivos más, pero por sobre todo, y este sí el que más lamento, la Comodidad.

Engañosa y en vano, sólo pesaba en mis brazos, consientes estos de la hipocresía pura cargada a los hombros. Así que la dejo junto a un montón de basura al costado.

Es hora también de dejar los miedos que inertes en mi siempre no fueron más que un impedimento para hacer lo correcto. Pienso un poco y me levanto, miro el paisaje, el cielo. Respiro hondo, abro y cierro los ojos, descanso el cuello. Como limpiar primero el cuarto, ordenarlo, luego salir a pintar la casa.

-“Dejo atrás algo pesado”, me digo dando unos primeros pasos, troto y corro, rápido. Entero de alma y cuerpo voy hacia ser feliz, consiente tanto de su primordial importancia como de cómo serlo. Que los demás sean malos es un problema de ellos, para mí será como que me hablen en coreano, no pienso entenderlos, hubo un recorte de presupuesto en mi diccionario.

Así bondad y felicidad según uno que frenó a pensar van de la mano, por eso el primer paso es obviar la maldad. Me siento un chico, de vuelta, pero paso a miles de hombres y mujeres, y corro despacio ahora creyendo que todo lo puedo, creyéndome un rayo, creyendo que todos podemos ser buenos, decidido, convencido de que cambiar al mundo es juego de niños; y luego quedo sólo y un poco más adelante veo a los pocos que van ganando: Gandhi, King, Lennon…

viernes, 21 de mayo de 2010

Necesitamos

Necesitamos de las películas, para aún creer en los sueños
Necesitamos de templos, para poder creer
Necesitamos cerveza, para poder ser sinceros
Necesitamos internet, para animarnos a hablar
Necesitamos de domingos, para sentir el vientito de la libertad
Necesitamos TV, para escapar del silencio
Necesitamos que algo tenga precio para poderlo valuar, sólo después evaluamos
y hasta desconfiamos cuando no se corresponden precio y calidad
Necesitamos que nos necesiten, para sentir que aquí estamos, que valemos algo
Necesitamos mentir, para no decir la hiriente verdad
¿por qué siempre es hiriente la verdad de nosotros, seres deseantes?
¿será que revela egoísmo y nuestras ocultísimas últimas intenciones tras toda palabra:
querer ser más?
Necesitamos querer ser más, para poder ser en la guerra de la verdad,
(una verdad de mentira, claro está…)
lo necesitamos para imponer nuestra visión de la realidad
y sentirnos el centro de la vida de los demás
porque hemos perdido el nuestro.
Necesitamos cumpleaños para darnos la oportunidad de abrazarnos
para compartir una mesa, año nuevo y navidad
Necesitamos frenar entre tanta carrera, para ello, el diván
Necesitamos un celular, para saber dónde estamos
Necesitamos fotos, para llevarnos algo del lugar, sólo algo superficial,
¿pero qué importa? ello nos conforma...
Necesitamos mostrarlas para que alguien las quiera mirar
Necesitamos noticias para saber qué está pasando
Necesitamos necesitar
Necesitamos porque hay algo que no encontramos, algo esencial… y eso, que es todo lo que necesitamos, somos nosotros mismos, nada más.

Pelea o P●E●L●E●A

ya era hora para este clásico de los viejos vuelos,
de cuando aún era joven

y no conocía de barreras...


Licitación para la empresa patada puño patada golpe a cualquier lado si tiene resultado y lastimamos al adversario, sin reglas por que no son necesarias, de última si alguien se zarpa saltamos todos y lo paramos, eso por las dudas por que generalmente cuando ven la sangre se asustan, y eso juega en contra de ellos y muchas veces termina siendo el primer paso del fin del pleito.

Entretenimiento seguro y útil para innumerables cosas, a nosotros nos gusta y es lo que queremos, medir con los demás nuestra fuerza y capacidad poniendo al descubierto nuestra soberanía hacia nuestro miedo y la velocidad mental para esquivar o plantear estrategias momentáneas que casi siempre fallan. Una adrenalina incomparable y un éxtasis de emociones fuertes son las cosas que nos impulsan a movernos o quedarnos quietos, a esperar el golpe o atacar primeros. Aseguramos con plena certeza que las jerarquías mentales son los verdaderos músculos, y que más queremos que usar nuestro cerebro, poner en vilo como aprendimos a pensar.

Visto y considerado todo lo citado requerimos que para el año lectivo 2005 dejemos de obviar y dejar de lado a algo tan fundamental para el ser humano como la pelea y la convirtamos en una materia; la cual se estudiaría de primer a séptimo grado con programas dictados por el gobierno y maestros especializados recibidos y con títulos.

Completa nuestras aspiraciones la ilusión de también colocarla en los tres primeros años del secundario y, propicios a los resultados, poderla llevar al honorable grado de carrera universitaria con salidas laborales como, por ejemplo, cagarse a trompadas.

viernes, 14 de mayo de 2010

Princesa Dorada

Haciendo de tus recuerdos
jugo para mis anhelos
juegos con las imagenes
de tu espalda y vestido
qué ganas mundiales
de compartir contigo
un beso, Princesa Dorada

Dibujada sin decir nada,
perfecta,
por las pautas inalcanzables
que jamás me animaría a imaginar
eres posible, allí estás,
silencio, callo y te miro

Suspiros para tí Princesa Dorada
brillante respuesta soñada
cómo no vencerme a la sed de tus aguas
y desmoronarme al márgen de tu orilla
cómo eres posible, utopía destellante
inalcanzable rubí para un fuego de cenizas

Con la belleza de la cascada
cae el pelo sobre tu espalda
una reina boemia de colores animada
encontré allí donde voy a dormirme el alma
mírame, regálame una mirada
y seré cierto, levantaré mis pasos
convertiré la arena en viento
y abriré las alas

Sirvo a tu reminiscencia
brindo a la mirada
que a veces te inventa.

Un reflejo, una quimera encarnada
paseando por el pasillo desierto
eres tú, Princesa Dorada
Un oasis, para dos almas, dos cuerpos
quizá, anhelan,
beber agua del encuentro.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Prolegómenos de Poesía Ilusionada

Palabras de poesía, para abrir las entrañas,
acostar el cuerpo sobre la camilla,
comenzar la autopsia, una vez más, de la musa divina,
de la esperanza inherente
a toda ilusión que recorra la vista.

Soñar, amar en silencio,
a gente desconocida
proyectar historias improbablísimas,
endulzar caras y cuerpos
en ilusiones vespertinas.

Aquí confieso mi pecado:
"Me declaro ser humano"
imputable de todo cargo
por soñar asiduamente en vano;
confieso sin deshonra alguna
la irrefrenable locura de reverenciar figuras
tras la cortina de hierro
que dibuja la piel.

Prolegómenos que augurian vientos
al campo universal de los delirios quiméricos,
por que confío en la fantasía,
y creo en el numen de la poesía
sueño.

Quien sea ajeno a los anhelos,
puede darse por muerto,
la autorresolución sin dialéctica
es tan sólo un comienzo; pero
amar es tán fácil
tán bello, tan cierto,
cuando son sinceros los sentimientos...

lunes, 8 de marzo de 2010

Ser por ser

Todos corremos, hacemos, rehacemos, discutimos, gritamos, calmamos, envolvemos, nos quejamos, nos falta, dormimos, despertamos; incompletos deseamos...

La pregunta es:

¿Cuántas veces hemos sido felices por sólo ser?

miércoles, 17 de febrero de 2010

Glasnost Emocional


El Gorbachov de la URSS Sentimental dispone:

Abiertos de corazón reencontrar la escencia de su misión en su pura actividad, libre de la rienda mental que sin quererlo lo termina por atar. No sólo el cuerpo, no sólo el corazón, también descubrir el espíritu y que salga a la luz su luz.

Glasnost emocional, para un motor sentimental que es llamado a abrir sus alas y volar al sol, salir al mundo, hablar de aquello que no quiere escuchar. Enfrentar de una vez aquella dimensión de verdad que deja de lado el devenir superficial. No creerse capaz de determinarle al alma su estado momentáneo ni su camino a andar, vivir a su armonía y servir a la mesa lo que ella pida de cena, así se llenará, pedirá postre, y pagará. Por que siempre, siempre, todo llega.

Abrazo mundial a la espontaneidad y silencio neuronal para poder escuchar su bajita voz. Momentos para la soledad, alejamiento de la orquesta rutinal, intromisión espiritual. Vivir el hoy, sentir el movimiento, su belleza, su arte, los colores del viento, ser parte de lo cierto y conectarse con el todo, aflojar las cejas y sonreír sinceridad, admirar el cielo; amar.

¡Fin de la guerra fría, entre mente y corazón! ¡Sonrisas y sonrisas, no más tanques para la invasión! Abajo los muros, aislantes de acero, que supieron construir nuestros objetivos últimos de vivir, a costa de quitarnos todo gusto de hacerlo.
Fin de una disputa muda, dónde sólo ha ganado el miedo. Se ha terminado de una vez el opresor silencio ¡Griten a los cuatros vientos! ¡Que sea Libertad, que sea cierto! Que sea la unión lo que abra los horizontes de este cuerpo, que es uno. Y con una Perestroika de ethos entero llevar hasta las últimas consecuencias las fronteras de la verdad y lo posible, desenroscar lo irresuelto; llevar la franqueza tatuada en el pecho quemando el fervor del alto vuelo, y construir nuestros fundamentos nuevamente sin orgullos pero sin temor, sobre el efímero pero perenne aroma de una flor.


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Referencia:

La glásnost (En ruso Гласность, apertura, transparencia o franqueza) fue una política llevada a cabo junto a la perestroika por Mijaíl Gorbachov, dirigente de la Unión Soviética desde 1985 hasta 1991. Mientras que la perestroika se ocupaba de la reestructuración económica de la Unión Soviética, la glásnost pretendía liberalizar el sistema político, que sus detractores acusaban de estar férreamente controlado por el Partido Comunista.

http://es.wikipedia.org/wiki/Gl%C3%A1snost

martes, 9 de febrero de 2010

Sobre almas vacías...

Comenzé a correr. Corrí como no lo hacía hace mucho. Levanté vuelo, y cuando me quise dar cuenta me separaban del suelo algunos metros. Con el envión en el cuerpo aún me animé a desplegar los brazos y así planeé.

No paso mucho tiempo, y quise encontrar. ¿A qué, a quién? A una parte del viento que puede ser, pero no es, a una suerte de encuentro causal que se abnega de las consecuencias, a un tesoro que se esconde y se muestra, hasta que lo tomo y se disuelve.

¿Si lo encontré? No, por que de repente me golpeó la cara un cartel...

Soberbio, enarbolaba: "Aquí yace un alma vacía"

No sabía, yo, que esas cosas existían en las alturas; yo creía que "yacer" yacen los muertos, que "vacío" puede estar hasta el universo, pero no un alma, que de por sí es la plenitud...


¿Quiso decir, esa voz detrás de la puerta, que no se encontraba nadie en la casa?

Me quité de las manos ese cartel envuelto en vueltas, y cerré los ojos. Sonreí.


Aquí yace un alma vacía,
incongruencia disfrazando mentiras
¿Quién ha visto un pozo lleno,
un tobogán hacia arriba,
un ciego con vista?

Una niña jugando escondidas
que grita sin querer ser advertida
No molestarla que sueña dormida!
Ha dejado su espalda y la despedida
en una nota que lanzó a los aires
sin firma...

Su letra no la conocía,
el papel simplemente no existía
pero lo supe,
por que Todo, todo
se ve desde arriba.


Cúanta poesía visten las flores,
como vos.
Cuánta belleza tus ojos esconden!
Cuando quieras compartirla, sólo ahí entonces
I'll turn on...