Dejame quererte, así como estás. Yo no te pido nada, no te pido que me quieras, que me extrañes, o que me devuelvas todas las horas que pienso en vos. Dejame quererte que funciono así, si me querés, mejor; entonces, querámonos.
¿Está mal acaso dejar fluir el amanecer en la acuarela de un lienzo blanco? Aún no se pinta nada, aún no escribo equilibrado, pero se me canta decir que te quiero, y lo canto. ¿Asusta, acaso, a los más firmes cánones del manual del Enamorado? ¡Pero si yo no sé esperar ni al 60 para tomar cualquier ramal! Cara insuficiencia mental, que me cuesta la actividad espontánea de querer ser ya, sin llegar a serlo nunca. ¿Rompo con esto el cristal de una escalera cuyo eje es el tiempo? Pues más me gustaría romper con el hecho mismo de subir hasta tu cielo, o que subas hasta el mío, propongo mejor que cada uno vaya por las suyas, y allí arriba nos encontremos. Pero en el medio, nos queremos.
Sospechan las guardianes neuronas de mi cruel propia sinceridad que el móvil de la acción verbal objeto de este curso literal es justamente la acción de construir la escalera, no de romperla. Y que sea, que sea lo que quiera, yo seré lo quiera. Empiezo a pensar que descubrirlo todo no lleva a nada. Que quererte no tiene más vueltas que una línea franca, suave, y sincera.
"Crear es lanzarse al mar con la barca del querer ser, empujado por el viento mágico que lleva las almas al puerto de las esencias..."
lunes, 31 de agosto de 2009
viernes, 14 de agosto de 2009
devenir
El devenir…
funesto y circunstancial
hambriento, voraz
mudo.
Está siempre aquí
y allá
cursando la línea temporal
sepulta bajo tierra
todo acto de conciencia y nos entrega
al vivir sin darnos cuenta,
a esperar.
Ser causa y efecto
es su principal fin con nuestro principio
reducirnos a lo finito.
No tiene rey
nadie patina dueño de sus fríos hielos
mas es tal vez una siesta de ser
pues es fácil vivir con los ojos cerrados
desentendiendo lo que vemos.
El devenir
vivir a la sombra sin recordar
existir.
Que pasen los días en el reloj
y nosotros sin sentir
el sol.
funesto y circunstancial
hambriento, voraz
mudo.
Está siempre aquí
y allá
cursando la línea temporal
sepulta bajo tierra
todo acto de conciencia y nos entrega
al vivir sin darnos cuenta,
a esperar.
Ser causa y efecto
es su principal fin con nuestro principio
reducirnos a lo finito.
No tiene rey
nadie patina dueño de sus fríos hielos
mas es tal vez una siesta de ser
pues es fácil vivir con los ojos cerrados
desentendiendo lo que vemos.
El devenir
vivir a la sombra sin recordar
existir.
Que pasen los días en el reloj
y nosotros sin sentir
el sol.
domingo, 9 de agosto de 2009
Paz
paz...
mente en blanco
tranquilidad
silencios
para parar
frenar
pensar
no pensar
ser
sentir
callar,
niebla
y en ella
paz.
mente en blanco
tranquilidad
silencios
para parar
frenar
pensar
no pensar
ser
sentir
callar,
niebla
y en ella
paz.
lunes, 3 de agosto de 2009
En tus manos
Cae la arena desde tus manos
En el suelo de la playa
No, hoy no puedo saber
El truco de la magia
No todo es en vano
Nada es para algo
¿Que tiene fin,
si el fin no es esperado?
Todo cae en tus manos
uh, todo cae en tus manos.
En el suelo de la playa
No, hoy no puedo saber
El truco de la magia
No todo es en vano
Nada es para algo
¿Que tiene fin,
si el fin no es esperado?
Todo cae en tus manos
uh, todo cae en tus manos.
miércoles, 22 de julio de 2009
ARBOL SIN COPA
Arbol si copa luce triste,
no es moraleja no es proverbio
no es mas importante que algo que lo sea,
llama la atención y ésta no contesta
los habitantes verdes de su bosque le tienen la agenda ocupada,
la rutina completa,
será para otra semana si es que este no se cansa.
Luce como muerto, falto de vida
tal vez es por eso la ausencia de interés
sobre la falta en anomalía de una parte de su cuerpo
Arbol sin copa (medio), (le da la sombra)
parece pequeño, al ocupar su lugar el día
descubrirán los rayos de luz la cara oculta
y será el doble de su tamaño, aunque no veremos sus raíces
y a esta mitad le falte un cuarto.
Triste en el brindis,
Un melancólico presente empera
Como nada, como nadie,
Como árbol en casa ajena.
no es moraleja no es proverbio
no es mas importante que algo que lo sea,
llama la atención y ésta no contesta
los habitantes verdes de su bosque le tienen la agenda ocupada,
la rutina completa,
será para otra semana si es que este no se cansa.
Luce como muerto, falto de vida
tal vez es por eso la ausencia de interés
sobre la falta en anomalía de una parte de su cuerpo
Arbol sin copa (medio), (le da la sombra)
parece pequeño, al ocupar su lugar el día
descubrirán los rayos de luz la cara oculta
y será el doble de su tamaño, aunque no veremos sus raíces
y a esta mitad le falte un cuarto.
Triste en el brindis,
Un melancólico presente empera
Como nada, como nadie,
Como árbol en casa ajena.
sábado, 18 de julio de 2009
Impronta Feliz
Primer tema de KafkaNueces,
Letra de Agus:
Bonitas pulsiones que te mecen
Progresión armónica
Tanto te dicen cuando crecen
Es esa huella psíquica
Esa que no deseaba
Una impronta feliz en mi corazón
Yo no esperaba nada,
Una impronta feliz en mi corazón.
No omití, pensé en qué decir
Y vuelven las pulsioncitas
Tan chiquitas y te miran
Acompañan esa huella psíquica
Esa que no deseaba
Una impronta feliz en mi corazón
Yo no esperaba nada,
Una impronta feliz en mi corazón.
Letra de Agus:
Bonitas pulsiones que te mecen
Progresión armónica
Tanto te dicen cuando crecen
Es esa huella psíquica
Esa que no deseaba
Una impronta feliz en mi corazón
Yo no esperaba nada,
Una impronta feliz en mi corazón.
No omití, pensé en qué decir
Y vuelven las pulsioncitas
Tan chiquitas y te miran
Acompañan esa huella psíquica
Esa que no deseaba
Una impronta feliz en mi corazón
Yo no esperaba nada,
Una impronta feliz en mi corazón.
miércoles, 8 de julio de 2009
Sonrisa en Línea A
Disculpa mi descarado actuar,
chica del kiosco
de Perú a Carabobo
no quisiera ser irrespetuoso…
Es que andaba con mi libro de Kafka
en la espera para ir hasta Saenz Peña
y de repente…
tu sonrisa
serena, sencilla,
me invadió como el mar la arena.
Llovieron las intrigas
¿Quién serías tú, qué harías,
quién se esconde en realidad
tras ese muro de golosinas?
¿Sabrías cuánto me inspiraste,
y cuánta vergüenza sentí
cuando te encontraste
con mis ojos al fin?
Juro que amaré hasta cielo al maquinista
que demoró el viejo tranvía
regalándome esos minutos para verte
escondido tras la viga.
El caso es que me movió el piso
tu tan sincera, vaga y bella mirada
tus ojos libres, vivos,
mientras le decías gracias
al transeúnte que te compraba
un Jorgito.
Y yo…
no pude seguir así como si nada
¡Tengo que escribirte!
Aunque quede como un loco
con mis ocasionales camaradas de vagón
y esté viajando como sardina enlatada;
tengo que decirte ya,
que si fué de verdad o de mentira da igual,
y que aunque la haya tomado para mí,
tan solo cuando
era para acompañar un cambio,
tu sonrisa
me alegró el día.
chica del kiosco
de Perú a Carabobo
no quisiera ser irrespetuoso…
Es que andaba con mi libro de Kafka
en la espera para ir hasta Saenz Peña
y de repente…
tu sonrisa
serena, sencilla,
me invadió como el mar la arena.
Llovieron las intrigas
¿Quién serías tú, qué harías,
quién se esconde en realidad
tras ese muro de golosinas?
¿Sabrías cuánto me inspiraste,
y cuánta vergüenza sentí
cuando te encontraste
con mis ojos al fin?
Juro que amaré hasta cielo al maquinista
que demoró el viejo tranvía
regalándome esos minutos para verte
escondido tras la viga.
El caso es que me movió el piso
tu tan sincera, vaga y bella mirada
tus ojos libres, vivos,
mientras le decías gracias
al transeúnte que te compraba
un Jorgito.
Y yo…
no pude seguir así como si nada
¡Tengo que escribirte!
Aunque quede como un loco
con mis ocasionales camaradas de vagón
y esté viajando como sardina enlatada;
tengo que decirte ya,
que si fué de verdad o de mentira da igual,
y que aunque la haya tomado para mí,
tan solo cuando
era para acompañar un cambio,
tu sonrisa
me alegró el día.
miércoles, 1 de julio de 2009
Lucía desapercibida/02
viejo poema...
¿Donde estás Lucía?
Noc noc, golpeo la puerta de tu casa perdida
por ahi entre la ignorancia
y la desidia.
Te busco, no se muy bién para que
tán solo te sentás a tres bancos de mí
es que, de alguna forma me llama tu inicua
forma de ser.
Me llama, atiendo y digo: "Hola, ¿quien es?"
pura ficción, ya sé que sos vos,
y empiezo a escribirte como un loco desesperado:
¿Cómo se te ocurre ver pasar frente a tus ojos
tamaño devenir y dejarlo ocurrir inalterado,
¡Cómo no desesperas, estatua fría con hielo en las venas,
ante el grisáceo cielo que ante tí se presenta
todos los condenados días de este quinto año!?
Es hora de hacer algo! No sé... mové los pulgares,
gritá cantando el Himno a Belgrano,
¡¡¡Derramá sobre el lienzo algo más
que tu pasivo esperar de la vida algo!!!
¿¡Qué se esconde tras esa actitud pedante
de pretender tán solo ser un ladrillo más en la pared?!
Me desespera, tu maliciosa empresa que contamina el aire
con su silencio purísimo y su simpleza de fé.
Me desespera, tu intento mala leche
de pasar la mañana así como si nada sonriente,
váya a saber uno por qué mierda tan feliz.
Me desespera por que eras mi Picasso hace unos años
y hoy no me dibujás ni en una servilleta,
¿Dónde dejamos esa ruta hacia el centro del mundo
que pintábamos en segundo?
Me desespera, Lucía, tu empeño en dejar a la vida
tán suelta como pájaro enjaulado, en su cielo,
sé que la ves dar vueltas hasta el cansancio entre las nubes
escuchando sus mudos gritos mientras gestualisas la cara
con tu más poderosa expresión de Nada.
¿Donde estás Lucía?
Noc noc, golpeo la puerta de tu casa perdida
por ahi entre la ignorancia
y la desidia.
Te busco, no se muy bién para que
tán solo te sentás a tres bancos de mí
es que, de alguna forma me llama tu inicua
forma de ser.
Me llama, atiendo y digo: "Hola, ¿quien es?"
pura ficción, ya sé que sos vos,
y empiezo a escribirte como un loco desesperado:
¿Cómo se te ocurre ver pasar frente a tus ojos
tamaño devenir y dejarlo ocurrir inalterado,
¡Cómo no desesperas, estatua fría con hielo en las venas,
ante el grisáceo cielo que ante tí se presenta
todos los condenados días de este quinto año!?
Es hora de hacer algo! No sé... mové los pulgares,
gritá cantando el Himno a Belgrano,
¡¡¡Derramá sobre el lienzo algo más
que tu pasivo esperar de la vida algo!!!
¿¡Qué se esconde tras esa actitud pedante
de pretender tán solo ser un ladrillo más en la pared?!
Me desespera, tu maliciosa empresa que contamina el aire
con su silencio purísimo y su simpleza de fé.
Me desespera, tu intento mala leche
de pasar la mañana así como si nada sonriente,
váya a saber uno por qué mierda tan feliz.
Me desespera por que eras mi Picasso hace unos años
y hoy no me dibujás ni en una servilleta,
¿Dónde dejamos esa ruta hacia el centro del mundo
que pintábamos en segundo?
Me desespera, Lucía, tu empeño en dejar a la vida
tán suelta como pájaro enjaulado, en su cielo,
sé que la ves dar vueltas hasta el cansancio entre las nubes
escuchando sus mudos gritos mientras gestualisas la cara
con tu más poderosa expresión de Nada.
viernes, 26 de junio de 2009
Universalizando el método
Me dí cuenta que cuando uno pasea por el mundo, a diferencia de cuando vuela por los aires, todo lo que hace tiene dos formas de manifestarse.
Una forma que responde al imbrincado interior de su ser, u
Otra forma que atiende al llamado social, ya sea en busca de calidez, de orgullo, de ego, de compartir vida, etc.
Me di cuenta que bailo estas dos melodías al mismo tiempo, y que no Sirve a nada.
Y lo que no Sirve, simplemente no sirve.
Así que me decidí a universalizar los hechos de la primer forma, buscando un poco la reciprocidad de identidades. Pero no para vender, sino para subir esa escalera que lleva a las nubes, y volar por los aires, que es dónde realmente todo abraza el sentido, y el amorfo camino del ser se convierte en la ruta hacia el corazón de la vida. Allí se juntan el ser, la vida, y el corazón.
Hacia allí voy.
¡Nueces!
Una forma que responde al imbrincado interior de su ser, u
Otra forma que atiende al llamado social, ya sea en busca de calidez, de orgullo, de ego, de compartir vida, etc.
Me di cuenta que bailo estas dos melodías al mismo tiempo, y que no Sirve a nada.
Y lo que no Sirve, simplemente no sirve.
Así que me decidí a universalizar los hechos de la primer forma, buscando un poco la reciprocidad de identidades. Pero no para vender, sino para subir esa escalera que lleva a las nubes, y volar por los aires, que es dónde realmente todo abraza el sentido, y el amorfo camino del ser se convierte en la ruta hacia el corazón de la vida. Allí se juntan el ser, la vida, y el corazón.
Hacia allí voy.
¡Nueces!
viernes, 19 de junio de 2009
Traidor en las filas
(espacio en blanco)
- Snif snif… huele a traidor en las filas…
- Alguien, alguno, todos, ninguno… Algo aquí huele a rancio. Alguien –aún impersonalizado- ha estado yendo al baño a cagar una diarrea que le llueve a la tropa entera en la cabeza. Desde los más fieles del alto mando sabemos que un Judas, decididamente un enviado, viste una mentira oculta por dentro de sus éxitos, porta una traición inocente en su espalda inexistente. Porque algunas cosas simplemente “se dan”.
- Un militar encargado de las tropas en el frente oriental, de menor importancia, se fue encargando de pequeñas batallas con eficiencia completa, despreocupando a los demás por su zona de influencia. Y los demás, encargados y ocupados por el curso general de una guerra interior, de un gobierno interior, ni siquiera sabían bien donde mierda ocurría ni cómo carajo dirigirla, se apoyaron en confiar.
Ante este desconcierto pelotudo de un alto mando para el retiro, el muy Bonaparte fue haciendo carrera allí donde la confianza sólo lo pintaba con una escasa importancia, y de a poco se fue armando de hombres y territorio, de contactos y tratados, con una simpatía enamorada de las masas y de un viento que le besaba el hombro.
- La historia la conocemos; la revolución se fue pudriendo, combatida por fuera, letalmente herida por dentro. Casi la mitad de su cuerpo se dedico a mirar atacada por una parálisis física total (cual pasividad Chamberliana) cómo se derrumbaba la montaña. Así fue como se durmió.
- Y poco tiempo pasó para que nuestro Napoleón de ocasión se abra del director de la orquesta que de repente descubre, con un sacudón de cabeza que lo despierta de su siesta ciega, que casi todas las sillas del escenario están vacías excepto aquellas más próximas a él, ocupadas por su gente querida de verdad. Ahora con los ojos abiertos, bien despierto, distingue el director el calor de los instrumentos que jamás lo abandonaron y se quedaron tocando aquella asquerosa melodía impresionista cargada de incoherencia hedonista que marcaba su pulso. Y ahora también pudo ver su ejército diezmado a la insignificancia y de que aquellos nuevos tiempos que el mismo pario, ¡que el mismo empujo hasta su máxima radicalización!, lo apartaron del reloj, y poco a poco bajo la forma de un globo que encierra el aire, lo fueron sedando.
- Pero despertó. Y lo vio ciegamente todo derrumbarse, aunque con los ojos bien abiertos a tiempo para ver también los escombros de sus proyectos muertos, yaciendo por todo el suelo, por todos lados. Saltando entre los bloques de cemento destrozados, escucho unas palabras con poca fuerza, que revelaban a alguien, a algunos, a todos, a nadie, estar hablando, escuchando, aplaudiendo, ¡glorificando!. Empezó a caminar por las ruinas, persiguiendo esas palabras perdidas, escuchando cada vez más fuerte a medida que se acercaba. Llegó a una esquina, miró hacia un lado, miró hacia el otro y allí vio a Todos, a Algunos, a Alguien y a Ninguno, tragarse las realidades de felicidad en sándwiches de anárquica liberalidad servida por el pacificador de la Nueva Situación, por el maquinista de la nueva evolución.
- ¿Qué queda cuando un pulmón silenciosamente se rebela y construye bajo otra piel su “nuevo” reino, dejando el viejo cuerpo en proceso de descomposición? Casi Todos han partido, Todos ha desaparecido, Algunos tal vez se muestren, Alguien quizá sea visto, y Nadie, entonces, se esconde libre de culpas mirándose el ombligo.
- Un espíritu se libera, algo triste por los puertos que jamás ancló, pero orgullos y feliz por sus aventuras marinas, por los cielos, por sus noches y sus días, por haber sentido el viento golpear el cuerpo frente al mar, por haberse sentido bien y nada más, por haber sentido bien dentro la felicidad.
Se libera, y sale volando hacia arriba, donde vaya coincidencia, se encuentra aquella esencia que tanto le gusta sentir en las venas, ¡Sí!, en las venas dije, porque ya está de vuelta en el mundo en la novísima espera, pero en un nuevo mundo, y ahora le toca lo mejor de la vida, ahora la pureza más limpia que tenga la existencia para brindar, ahora y por mucho tiempo más tiene asegurada su libertad.
- Snif snif… huele a traidor en las filas…
- Alguien, alguno, todos, ninguno… Algo aquí huele a rancio. Alguien –aún impersonalizado- ha estado yendo al baño a cagar una diarrea que le llueve a la tropa entera en la cabeza. Desde los más fieles del alto mando sabemos que un Judas, decididamente un enviado, viste una mentira oculta por dentro de sus éxitos, porta una traición inocente en su espalda inexistente. Porque algunas cosas simplemente “se dan”.
- Un militar encargado de las tropas en el frente oriental, de menor importancia, se fue encargando de pequeñas batallas con eficiencia completa, despreocupando a los demás por su zona de influencia. Y los demás, encargados y ocupados por el curso general de una guerra interior, de un gobierno interior, ni siquiera sabían bien donde mierda ocurría ni cómo carajo dirigirla, se apoyaron en confiar.
Ante este desconcierto pelotudo de un alto mando para el retiro, el muy Bonaparte fue haciendo carrera allí donde la confianza sólo lo pintaba con una escasa importancia, y de a poco se fue armando de hombres y territorio, de contactos y tratados, con una simpatía enamorada de las masas y de un viento que le besaba el hombro.
- La historia la conocemos; la revolución se fue pudriendo, combatida por fuera, letalmente herida por dentro. Casi la mitad de su cuerpo se dedico a mirar atacada por una parálisis física total (cual pasividad Chamberliana) cómo se derrumbaba la montaña. Así fue como se durmió.
- Y poco tiempo pasó para que nuestro Napoleón de ocasión se abra del director de la orquesta que de repente descubre, con un sacudón de cabeza que lo despierta de su siesta ciega, que casi todas las sillas del escenario están vacías excepto aquellas más próximas a él, ocupadas por su gente querida de verdad. Ahora con los ojos abiertos, bien despierto, distingue el director el calor de los instrumentos que jamás lo abandonaron y se quedaron tocando aquella asquerosa melodía impresionista cargada de incoherencia hedonista que marcaba su pulso. Y ahora también pudo ver su ejército diezmado a la insignificancia y de que aquellos nuevos tiempos que el mismo pario, ¡que el mismo empujo hasta su máxima radicalización!, lo apartaron del reloj, y poco a poco bajo la forma de un globo que encierra el aire, lo fueron sedando.
- Pero despertó. Y lo vio ciegamente todo derrumbarse, aunque con los ojos bien abiertos a tiempo para ver también los escombros de sus proyectos muertos, yaciendo por todo el suelo, por todos lados. Saltando entre los bloques de cemento destrozados, escucho unas palabras con poca fuerza, que revelaban a alguien, a algunos, a todos, a nadie, estar hablando, escuchando, aplaudiendo, ¡glorificando!. Empezó a caminar por las ruinas, persiguiendo esas palabras perdidas, escuchando cada vez más fuerte a medida que se acercaba. Llegó a una esquina, miró hacia un lado, miró hacia el otro y allí vio a Todos, a Algunos, a Alguien y a Ninguno, tragarse las realidades de felicidad en sándwiches de anárquica liberalidad servida por el pacificador de la Nueva Situación, por el maquinista de la nueva evolución.
- ¿Qué queda cuando un pulmón silenciosamente se rebela y construye bajo otra piel su “nuevo” reino, dejando el viejo cuerpo en proceso de descomposición? Casi Todos han partido, Todos ha desaparecido, Algunos tal vez se muestren, Alguien quizá sea visto, y Nadie, entonces, se esconde libre de culpas mirándose el ombligo.
- Un espíritu se libera, algo triste por los puertos que jamás ancló, pero orgullos y feliz por sus aventuras marinas, por los cielos, por sus noches y sus días, por haber sentido el viento golpear el cuerpo frente al mar, por haberse sentido bien y nada más, por haber sentido bien dentro la felicidad.
Se libera, y sale volando hacia arriba, donde vaya coincidencia, se encuentra aquella esencia que tanto le gusta sentir en las venas, ¡Sí!, en las venas dije, porque ya está de vuelta en el mundo en la novísima espera, pero en un nuevo mundo, y ahora le toca lo mejor de la vida, ahora la pureza más limpia que tenga la existencia para brindar, ahora y por mucho tiempo más tiene asegurada su libertad.
jueves, 4 de junio de 2009
El título del cuento
Brebe cuentito, espero que les guste.
Un pibe se sentó a escribir. Sabía que tenía la oportunidad de escribir algo grande. Esperaba, confiaba en sus dedos, que la espontaneidad le juegue una buena pasada, y comenzó con tal convicción que hasta parecía que se venía una de aquellas reflexiones escritas que marcan un antes y un después en su vida. No se detenía, tamaña oportunidad no podía dejarse pasar así como si nada, y cuando la musa se invita sola a la casa, lo mejor es no preguntar y calentar el agua para mate lo más rápido posible.
Poco a poco le iban surgiendo metáforas y renglones, pero a cada palabra nuestro héroe se nos iba quedando con la leve idea de que en realidad no estaba diciendo nada. Empezó a bajar el ritmo, pensar un poco más en sinónimos o palabras adecuadas para poder expresar a juicio cierto y sin inexactitudes los conceptos que le sobrevenían a la mente, y cada quince segundos enfocó su atención en revisar las expresiones. Escribía un poco, revisaba el doble. Habrá estado así unos cinco minutos ponele, hasta que se dio cuenta que aquello que quería decir se le había evaporado de la cabeza y estaba vagando cual globo por las nubes, de repente libre, pero sin un destino realmente premeditado.
Hasta que llegó a un párrafo en que las cosas se pusieron pesadas. O escribía algo con sentido, o no escribiría nada. Pasear por los bosques de las palabras es algo muy bello por cierto, y dar buenas imágines acerca de las reflexiones era algo que le encantaba, pero no era aquello por lo cual estaba decidido a empeñar su tiempo. Por lo tanto, se propuso vagar en conceptos abstractos hasta encontrar un viento que lo empuje hacia algún lugar donde se necesiten niños tristes sin globos, o donde simplemente un globo como él pueda hacer feliz, pueda sentirse útil. Comenzó por la idea de Dios, que hacía algún tiempo le venía dando vueltas por la cabeza. Divagó un poco pensando simultáneamente en su fe de sí mismo, que por cierto ya no es lo que era, y llegó a la conclusión de que la suerte es en realidad un viento que se sopla con el corazón; que la confianza hay que acariciarla cuando no se ve nada y no al revés, que si no se es feliz en las malas no se es feliz nunca, porque las buenas serán únicamente cuando uno sea feliz y no importe realmente lo que esté pasando, ya que aquella verdadera felicidad que vale la pena es la que se siente nadar en las venas, por dentro.
A esta altura, dense por seguros que ya guardó el documento de Word en el que venía escribiendo y que corrigió los errores ortográficos que su PC no detectó. Por eso, algo más tranquilo y feliz por el proyecto parcialmente realizado como para permitirse preposiciones adjetivas explicativas largas y que no llevaban a ningún lado además de ser molestas y generar un estado de suspenso innecesario, volvió sobre sus pasos e interrumpió su revisión en su expresión: “aquella verdadera felicidad que vale la pena”. Era esta una frase demasiada valiosa como para tirarla por ahí tan gratuitamente sin por lo menos pensarla un poco. ¿Es que acaso existe una felicidad que valga la pena? De inmediato, mil ideas en su cabeza vomitaron la respuesta: Si. Seguro que sí. Es más, le resultó tan fácil contestar el interrogante autoplanteado que prosiguió: ¿Y si no es felicidad, entonces qué vale la pena? Lo que para el caso es pensar ¿Hay algo que valga la pena que no sea la felicidad, satisfacción? Ahí está el verdadero asunto sobre la mesa. No sólo no, no hay nada que valga la pena por sí misma - reflexionó - sino que en realidad tampoco aquella verdadera felicidad de la que venía escribiendo valía realmente la pena. ¿Qué vale el dolor? – asaltó por repentino como un seis junto al siete en el envido. ¿Qué vale el dolor, entonces?
Jaque al rey. Y era imposible escapar por la rápida diagonal que es pensar que todo lo que realmente queremos valga el dolor, ya que sabía, lo había dado por supuesto, de que aquello que lleve a la verdadera felicidad debía ser per se felicidad. ¿O no creía el acaso en la vieja sabiduría que decía que la violencia sólo generaba más violencia? Y si así era, ¿No sería el amor el que generara amor? ¿No sería la felicidad la que llevaría a la felicidad? ¿Cómo podría entonces valer la pena algo que llevaría a la sonrisa? No, un jugado alfil dos manos atrás cerraba el paso por esa diagonal que cortaba la ciudad. ¿Para atrás? Pensó entonces acerca del altruismo propio o impropio e inmediato cuyo móvil serían causas futuras, pero entonces la pena no valdría nada, en cambio sí la esperanza. Uno cree - se interrumpió - antes de someter la carne al dolor, muchísimo antes. Es el hambre la que quema antes de comer la manzana. No, definitivamente para atrás ya no hay tablero posible. Sólo queda un casillero, a la izquierda, pero es de aquellos en los que uno reconoce su única salida pero sabe que si entra, luego las cosas no pueden sino oscurecer. Un caballo espera ansioso la realización del acto que lo coronará. Es aquella satisfacción que hay en el dolor, aquel sueño del que sabe que está durmiendo de más, aquella necesitada soledad encontrada en la depresión. Un agujero demasiado profundo para las vagas aspiraciones momentáneas con que contaba nuestro joven escritor. “Lo dejo para más adelante” se convenció y mintió a la vez. Lo cierto es que quería parar un poco de dar vueltas pensando tanto, y empezar de vuelta en nuevo párrafo.
Efectivamente lo hizo, se animó, apretó el enter, y le dio nomás a escribir sobre lo primero que se le venga a la mente. Y valga la novedad, no se le ocurrió nada. Absolutamente nada. No sólo estaba completamente vacío de contenidos, sino que también no encontraba qué era lo que además le pasaba como para escribirlo. Había perdido el impulso, tres días mediante, de aquella voluntad tan descarada que se animaba a vomitar palabras tan gratuitamente y que lo había llevado hasta aquí. -"Pensar” –se dijo- “eso es lo que necesito”. Y pensó.
Apenas inmediatamente después de fijar la mirada en la panza su ocurrencia se presentó como si nada y planteó el interrogante, cíclicamente recurrente, de aquella esencia que convierte algunas cosas en bellas, y otras en vacío devenir. Descubrió que a lo que él juzgaba verdaderamente importante en la vida no lo atendía casi nunca, y que se dejaba llevar por el hilo que une día tras día convirtiéndose en un pulóver eterno y sin agujeros, sin espacios ni viento para volar, para mirarse al espejo. Decidió mirarse, volverse hacia sí, explorar sus motivos, sus fines, sus medios… a ello se dedicó, y dejó de escribir.
Un pibe se sentó a escribir. Sabía que tenía la oportunidad de escribir algo grande. Esperaba, confiaba en sus dedos, que la espontaneidad le juegue una buena pasada, y comenzó con tal convicción que hasta parecía que se venía una de aquellas reflexiones escritas que marcan un antes y un después en su vida. No se detenía, tamaña oportunidad no podía dejarse pasar así como si nada, y cuando la musa se invita sola a la casa, lo mejor es no preguntar y calentar el agua para mate lo más rápido posible.
Poco a poco le iban surgiendo metáforas y renglones, pero a cada palabra nuestro héroe se nos iba quedando con la leve idea de que en realidad no estaba diciendo nada. Empezó a bajar el ritmo, pensar un poco más en sinónimos o palabras adecuadas para poder expresar a juicio cierto y sin inexactitudes los conceptos que le sobrevenían a la mente, y cada quince segundos enfocó su atención en revisar las expresiones. Escribía un poco, revisaba el doble. Habrá estado así unos cinco minutos ponele, hasta que se dio cuenta que aquello que quería decir se le había evaporado de la cabeza y estaba vagando cual globo por las nubes, de repente libre, pero sin un destino realmente premeditado.
Hasta que llegó a un párrafo en que las cosas se pusieron pesadas. O escribía algo con sentido, o no escribiría nada. Pasear por los bosques de las palabras es algo muy bello por cierto, y dar buenas imágines acerca de las reflexiones era algo que le encantaba, pero no era aquello por lo cual estaba decidido a empeñar su tiempo. Por lo tanto, se propuso vagar en conceptos abstractos hasta encontrar un viento que lo empuje hacia algún lugar donde se necesiten niños tristes sin globos, o donde simplemente un globo como él pueda hacer feliz, pueda sentirse útil. Comenzó por la idea de Dios, que hacía algún tiempo le venía dando vueltas por la cabeza. Divagó un poco pensando simultáneamente en su fe de sí mismo, que por cierto ya no es lo que era, y llegó a la conclusión de que la suerte es en realidad un viento que se sopla con el corazón; que la confianza hay que acariciarla cuando no se ve nada y no al revés, que si no se es feliz en las malas no se es feliz nunca, porque las buenas serán únicamente cuando uno sea feliz y no importe realmente lo que esté pasando, ya que aquella verdadera felicidad que vale la pena es la que se siente nadar en las venas, por dentro.
A esta altura, dense por seguros que ya guardó el documento de Word en el que venía escribiendo y que corrigió los errores ortográficos que su PC no detectó. Por eso, algo más tranquilo y feliz por el proyecto parcialmente realizado como para permitirse preposiciones adjetivas explicativas largas y que no llevaban a ningún lado además de ser molestas y generar un estado de suspenso innecesario, volvió sobre sus pasos e interrumpió su revisión en su expresión: “aquella verdadera felicidad que vale la pena”. Era esta una frase demasiada valiosa como para tirarla por ahí tan gratuitamente sin por lo menos pensarla un poco. ¿Es que acaso existe una felicidad que valga la pena? De inmediato, mil ideas en su cabeza vomitaron la respuesta: Si. Seguro que sí. Es más, le resultó tan fácil contestar el interrogante autoplanteado que prosiguió: ¿Y si no es felicidad, entonces qué vale la pena? Lo que para el caso es pensar ¿Hay algo que valga la pena que no sea la felicidad, satisfacción? Ahí está el verdadero asunto sobre la mesa. No sólo no, no hay nada que valga la pena por sí misma - reflexionó - sino que en realidad tampoco aquella verdadera felicidad de la que venía escribiendo valía realmente la pena. ¿Qué vale el dolor? – asaltó por repentino como un seis junto al siete en el envido. ¿Qué vale el dolor, entonces?
Jaque al rey. Y era imposible escapar por la rápida diagonal que es pensar que todo lo que realmente queremos valga el dolor, ya que sabía, lo había dado por supuesto, de que aquello que lleve a la verdadera felicidad debía ser per se felicidad. ¿O no creía el acaso en la vieja sabiduría que decía que la violencia sólo generaba más violencia? Y si así era, ¿No sería el amor el que generara amor? ¿No sería la felicidad la que llevaría a la felicidad? ¿Cómo podría entonces valer la pena algo que llevaría a la sonrisa? No, un jugado alfil dos manos atrás cerraba el paso por esa diagonal que cortaba la ciudad. ¿Para atrás? Pensó entonces acerca del altruismo propio o impropio e inmediato cuyo móvil serían causas futuras, pero entonces la pena no valdría nada, en cambio sí la esperanza. Uno cree - se interrumpió - antes de someter la carne al dolor, muchísimo antes. Es el hambre la que quema antes de comer la manzana. No, definitivamente para atrás ya no hay tablero posible. Sólo queda un casillero, a la izquierda, pero es de aquellos en los que uno reconoce su única salida pero sabe que si entra, luego las cosas no pueden sino oscurecer. Un caballo espera ansioso la realización del acto que lo coronará. Es aquella satisfacción que hay en el dolor, aquel sueño del que sabe que está durmiendo de más, aquella necesitada soledad encontrada en la depresión. Un agujero demasiado profundo para las vagas aspiraciones momentáneas con que contaba nuestro joven escritor. “Lo dejo para más adelante” se convenció y mintió a la vez. Lo cierto es que quería parar un poco de dar vueltas pensando tanto, y empezar de vuelta en nuevo párrafo.
Efectivamente lo hizo, se animó, apretó el enter, y le dio nomás a escribir sobre lo primero que se le venga a la mente. Y valga la novedad, no se le ocurrió nada. Absolutamente nada. No sólo estaba completamente vacío de contenidos, sino que también no encontraba qué era lo que además le pasaba como para escribirlo. Había perdido el impulso, tres días mediante, de aquella voluntad tan descarada que se animaba a vomitar palabras tan gratuitamente y que lo había llevado hasta aquí. -"Pensar” –se dijo- “eso es lo que necesito”. Y pensó.
Apenas inmediatamente después de fijar la mirada en la panza su ocurrencia se presentó como si nada y planteó el interrogante, cíclicamente recurrente, de aquella esencia que convierte algunas cosas en bellas, y otras en vacío devenir. Descubrió que a lo que él juzgaba verdaderamente importante en la vida no lo atendía casi nunca, y que se dejaba llevar por el hilo que une día tras día convirtiéndose en un pulóver eterno y sin agujeros, sin espacios ni viento para volar, para mirarse al espejo. Decidió mirarse, volverse hacia sí, explorar sus motivos, sus fines, sus medios… a ello se dedicó, y dejó de escribir.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Aura Divina
Aura Divina, aquella sombra de luz
que alumbra la inalcanzable caza
Si los corazones son fuego, ellas son llama encendida
tímida sonrisa, paseando entre la hierba clara,
disimuladas.
Algo simples, algo esconden,
despiertan al acto
mi más alto instinto de hombre
abren mis brazos
como carne fresca sin nombre
despliegan la plenitud
de la fiera que en mi naturaleza
acecha.
Sonríen, el Aura Divina
es casi toda sonrisa,
sonríen pero con pena, y
allí el nervio de mis caninos
es cuando despierta
sospecho que hay alguien cerca,
busco y obeservo la presa escondido
la tarea
mi deber de fiera
es correr por lo mío
¡Alimentar la sonrisa!
Inequívoco el caballo suelto
es colmillos al cuello.
El resto, es simplicidad
(mientras se pueda)
la divinidad no besa por mucho tiempo
pero besa de verdad.
que alumbra la inalcanzable caza
Si los corazones son fuego, ellas son llama encendida
tímida sonrisa, paseando entre la hierba clara,
disimuladas.
Algo simples, algo esconden,
despiertan al acto
mi más alto instinto de hombre
abren mis brazos
como carne fresca sin nombre
despliegan la plenitud
de la fiera que en mi naturaleza
acecha.
Sonríen, el Aura Divina
es casi toda sonrisa,
sonríen pero con pena, y
allí el nervio de mis caninos
es cuando despierta
sospecho que hay alguien cerca,
busco y obeservo la presa escondido
la tarea
mi deber de fiera
es correr por lo mío
¡Alimentar la sonrisa!
Inequívoco el caballo suelto
es colmillos al cuello.
El resto, es simplicidad
(mientras se pueda)
la divinidad no besa por mucho tiempo
pero besa de verdad.
martes, 21 de abril de 2009
Armonía para Volar
Volaba y me caí
de repente iba subiendo, subiendo
y ¡paf! de jeta al suelo.
Hasta entonces no entendía
aquellos extraños vientos
que me llevaban hacia arriba,
pero yo estaba allí
miraba el mundo y reía
por mí,
de alegría.
Ahora que pienso
me encuentro feliz
por que pensar es sentir
y yo siento,
cuando me acuerdo de mí.
Ser libre no es fácil
pero antes de tocar tierra
guardé la receta
en mi bolsillo derecho,
y la móvil etenidad me persuade
de que caer es alejarse del cielo, si,
que aquí abajo no hay verdades ni vuelos,
pero que sólo queda subir.
Y lo comprendo todo
un poco más.
Como un concierto de gotas que caen hacia dentro
planear en el aire desnuda lo cierto
con la armonía que convierte al corazón en el centro
de algo inmenso, inmensamente pequeño, llamado amor.
Sobre aquella línea en que los instrumentos
encuentran su perfección, el sonido de mis cuerdas
afina hoy en sol mayor, aquel sol que ilumina tanto...
Volar, ¡qué respiro para el alma afixiada!
Volar, ¡tan lindo recordar las alas!
Volar, es ser libre,
Volar para ser.
de repente iba subiendo, subiendo
y ¡paf! de jeta al suelo.
Hasta entonces no entendía
aquellos extraños vientos
que me llevaban hacia arriba,
pero yo estaba allí
miraba el mundo y reía
por mí,
de alegría.
Ahora que pienso
me encuentro feliz
por que pensar es sentir
y yo siento,
cuando me acuerdo de mí.
Ser libre no es fácil
pero antes de tocar tierra
guardé la receta
en mi bolsillo derecho,
y la móvil etenidad me persuade
de que caer es alejarse del cielo, si,
que aquí abajo no hay verdades ni vuelos,
pero que sólo queda subir.
Y lo comprendo todo
un poco más.
Como un concierto de gotas que caen hacia dentro
planear en el aire desnuda lo cierto
con la armonía que convierte al corazón en el centro
de algo inmenso, inmensamente pequeño, llamado amor.
Sobre aquella línea en que los instrumentos
encuentran su perfección, el sonido de mis cuerdas
afina hoy en sol mayor, aquel sol que ilumina tanto...
Volar, ¡qué respiro para el alma afixiada!
Volar, ¡tan lindo recordar las alas!
Volar, es ser libre,
Volar para ser.
miércoles, 8 de abril de 2009
5 hs.
Ahora que caigo del cielo (yo sí me caí del cielo)
un paraiso dió vueltas hasta marearse
las pistas se perdieron y su rastro
de momento, parecieron olvidarse
Por eso el pasto y el río
y el canto de los pajaritos
formaron remolino, apenas
nos animamos a tirar la cadena
Será que conocido el destino
y escasa la siembra
uno pierde las coordenadas
de hasta su propio ombligo
será que fué mucho de muy poco,
que se tomó mas de la cuenta,
que era la hora del vino
cuando aún éramos cerveza
que la mano contaba infinito
sin llegar al cinco
5 hs me recuerda felicitándome
un fantasma real
me asusta, me hace temblar, tiene razón,
compruebo el reloj quinquenal
Un paraíso dio vueltas
y hasta marearse
dos libres y amantes
parten en direcciones opuestas
un paraiso dió vueltas hasta marearse
las pistas se perdieron y su rastro
de momento, parecieron olvidarse
Por eso el pasto y el río
y el canto de los pajaritos
formaron remolino, apenas
nos animamos a tirar la cadena
Será que conocido el destino
y escasa la siembra
uno pierde las coordenadas
de hasta su propio ombligo
será que fué mucho de muy poco,
que se tomó mas de la cuenta,
que era la hora del vino
cuando aún éramos cerveza
que la mano contaba infinito
sin llegar al cinco
5 hs me recuerda felicitándome
un fantasma real
me asusta, me hace temblar, tiene razón,
compruebo el reloj quinquenal
Un paraíso dio vueltas
y hasta marearse
dos libres y amantes
parten en direcciones opuestas
martes, 24 de marzo de 2009
Una Carta de Amor
Te encontré de casualidad,
En la puerta del infinito,
Luego me di cuenta,
Que el amor estaba cerca,
Sentí los latidos del corazón,
Miré a tu alrededor,
No había nada,
Solo un par de plantas,
Que delataban,
Lo hermosa que eres,
Cuando con sólo verte,
Siento que me quieres
O que te quiero,
Por lo menos,
Hasta tu veneno,
Capaz de llevarme,
Hasta lo oscuro del mundo,
Y es lo que me envuelve,
Lo que me da inspiración,
Para escribir tal vez,
Una carta de amor.
Un diminuto fervor,
Que sale del corazón,
Cuando no te veo,
O cuando estas lejos,
Y aveces me da bronca,
Que no seas madura,
Pero me lleva tu hermosura,
Cuando caigo en tus brazos,
Por que me dominas,
Y me haces sentir la vida.
El primer poema que escribí, a eso de los 13
Siempre se vuelve...
En la puerta del infinito,
Luego me di cuenta,
Que el amor estaba cerca,
Sentí los latidos del corazón,
Miré a tu alrededor,
No había nada,
Solo un par de plantas,
Que delataban,
Lo hermosa que eres,
Cuando con sólo verte,
Siento que me quieres
O que te quiero,
Por lo menos,
Hasta tu veneno,
Capaz de llevarme,
Hasta lo oscuro del mundo,
Y es lo que me envuelve,
Lo que me da inspiración,
Para escribir tal vez,
Una carta de amor.
Un diminuto fervor,
Que sale del corazón,
Cuando no te veo,
O cuando estas lejos,
Y aveces me da bronca,
Que no seas madura,
Pero me lleva tu hermosura,
Cuando caigo en tus brazos,
Por que me dominas,
Y me haces sentir la vida.
El primer poema que escribí, a eso de los 13
Siempre se vuelve...
jueves, 12 de marzo de 2009
Jealous Guy, Lennon
Para que decir algo cuando el lo dice todo?
Sea leida con la cancion sonando, por favor:
http://www.youtube.com/watch?v=6lLs2dC9NaE
Jealous Guy
I WAS DREAMING OF THE PAST
AND MY HEART WAS BEATING FAST
I BEGAN TO LOSE CONTROL
I BEGAN TO LOSE CONTROL
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY
I WAS FEELING INSECURE
YOU MIGHT NOT LOVE ME ANYMORE
I WAS SHIVERING INSIDE
I WAS SHIVERING INSIDE
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY
I WAS TRYING TO CATCH YOUR EYES
THOUGHT THAT YOU WAS TRYING TO HIDE
I WAS SWALLOWING MY PAIN
I WAS SWALLOWING MY PAIN
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY, WATCH OUT
I´M JUST A JEALOUS GUY, LOOK OUT BABE
I´M JUST A JEALOUS GUY
Sea leida con la cancion sonando, por favor:
http://www.youtube.com/watch?v=6lLs2dC9NaE
Jealous Guy
I WAS DREAMING OF THE PAST
AND MY HEART WAS BEATING FAST
I BEGAN TO LOSE CONTROL
I BEGAN TO LOSE CONTROL
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY
I WAS FEELING INSECURE
YOU MIGHT NOT LOVE ME ANYMORE
I WAS SHIVERING INSIDE
I WAS SHIVERING INSIDE
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY
I WAS TRYING TO CATCH YOUR EYES
THOUGHT THAT YOU WAS TRYING TO HIDE
I WAS SWALLOWING MY PAIN
I WAS SWALLOWING MY PAIN
I DIDN´T MEAN TO HURT YOU
I´M SORRY THAT I MADE YOU CRY
OH NO, I DIDN´T WANT TO HURT YOU
I´M JUST A JEALOUS GUY, WATCH OUT
I´M JUST A JEALOUS GUY, LOOK OUT BABE
I´M JUST A JEALOUS GUY
lunes, 23 de febrero de 2009
Beauty Lissa
Beauty Lissa on my Puelo Dreams
a smile waits on your face for me
you are here but about to leave
I can hear you but I can't speak
Puedo verte pero no creer en ti
sin pensar que mis ojos
no hacen mas que mentir....
Bonita Lissa unas sonrisas de noche
y un truco perdido, bastaron,
¡Musa perdida! El destino,
te encuentra a las orillas de un lago...
I just have some few of your moments
but there're enough for me
suficientes para mí...
Now that light you shine
when you talk, when you smile,
is making a shadow on my life
like if the sun where gone, that shiny sun,
the darkness of sky far from you
doesn't let me anything but the stars,
the alone starts, hesitating the same
Is it possile such a big hole inside,
as the one I feel
when I miss you, Lissa-dream?
So far from the sea, down in the world
I found you as an oasis finds a desert below
I shall go on now with the taste of a water
I'll never drink again
Beauty Lissa with double S
one is for sweet, one for strange
'cause I tasted you and want more,
'cause it seems you deny the certain to be,
it might be true
there is not you
It may be possible I'd love to think
there's a perfect soul around the world
with the same bad memory and the same funny nose
who loves the freedom as I love being free
Por eso dulce Lissa que todo lo desafías
dime tú si te escondes en la mentira
de un hombre que te encuentra en su utopía
or tell me if you're real
and however let me know
how I let you go
forever...
a smile waits on your face for me
you are here but about to leave
I can hear you but I can't speak
Puedo verte pero no creer en ti
sin pensar que mis ojos
no hacen mas que mentir....
Bonita Lissa unas sonrisas de noche
y un truco perdido, bastaron,
¡Musa perdida! El destino,
te encuentra a las orillas de un lago...
I just have some few of your moments
but there're enough for me
suficientes para mí...
Now that light you shine
when you talk, when you smile,
is making a shadow on my life
like if the sun where gone, that shiny sun,
the darkness of sky far from you
doesn't let me anything but the stars,
the alone starts, hesitating the same
Is it possile such a big hole inside,
as the one I feel
when I miss you, Lissa-dream?
So far from the sea, down in the world
I found you as an oasis finds a desert below
I shall go on now with the taste of a water
I'll never drink again
Beauty Lissa with double S
one is for sweet, one for strange
'cause I tasted you and want more,
'cause it seems you deny the certain to be,
it might be true
there is not you
It may be possible I'd love to think
there's a perfect soul around the world
with the same bad memory and the same funny nose
who loves the freedom as I love being free
Por eso dulce Lissa que todo lo desafías
dime tú si te escondes en la mentira
de un hombre que te encuentra en su utopía
or tell me if you're real
and however let me know
how I let you go
forever...
martes, 27 de enero de 2009
Puta Absoluta
Pediste permiso para cruzarte por mi mirada,
entraste cual si fuera tu casa
esas piernas, ese vestido verde,
mil detalles para detenerse
y no terminar de verte.
Determiné las proyecciones enviadas,
y te entendí como la mas puta
que pueda el mundo crear
tan puta, tan pero tan,
te cabe tanto, que no alcanza la mente
que lo pueda imaginar.
Lo confiesan tus labios
tus piernas no se saben aguantar
¡Si el sol no ha visto jamás
sonrisa cómplice tán fácil de regalar!
Pero que puta que eres por dios...
no me aguanto explicarle a los demás
la desfachatez con que bailas
la danza de cabalgar.
Y es que te cabe tanto
que no lo puedo explicar
¡Ay putaaaa como te cabe!
me tomo la frente con la mano
cerrando los ojos de indignado
si eres el verbo caber personificado
si de tu voz percibo
que cantar solo cobra sentido
cuando el show eres tu cantando.
Tomo mi cabello con las dos manos
y mi alma grita al viento llorando
como pudo dar carne la existencia
a la reina puta de la historia entera,
para brindarle la llave de la puerta
que se abre a mi percepción, jueza y sentencia,
que para la eternidad infinita condena
tal libertad en las curvas
tal elocuencia en la figura
tal perfección sirena.
¿Que sería lo que no pagaría
por venderme para siempre
a tu putez traicionera,
que al momento me olvidaría?
Nada.
Basada en una mirada real...
entraste cual si fuera tu casa
esas piernas, ese vestido verde,
mil detalles para detenerse
y no terminar de verte.
Determiné las proyecciones enviadas,
y te entendí como la mas puta
que pueda el mundo crear
tan puta, tan pero tan,
te cabe tanto, que no alcanza la mente
que lo pueda imaginar.
Lo confiesan tus labios
tus piernas no se saben aguantar
¡Si el sol no ha visto jamás
sonrisa cómplice tán fácil de regalar!
Pero que puta que eres por dios...
no me aguanto explicarle a los demás
la desfachatez con que bailas
la danza de cabalgar.
Y es que te cabe tanto
que no lo puedo explicar
¡Ay putaaaa como te cabe!
me tomo la frente con la mano
cerrando los ojos de indignado
si eres el verbo caber personificado
si de tu voz percibo
que cantar solo cobra sentido
cuando el show eres tu cantando.
Tomo mi cabello con las dos manos
y mi alma grita al viento llorando
como pudo dar carne la existencia
a la reina puta de la historia entera,
para brindarle la llave de la puerta
que se abre a mi percepción, jueza y sentencia,
que para la eternidad infinita condena
tal libertad en las curvas
tal elocuencia en la figura
tal perfección sirena.
¿Que sería lo que no pagaría
por venderme para siempre
a tu putez traicionera,
que al momento me olvidaría?
Nada.
Basada en una mirada real...
martes, 30 de diciembre de 2008
Ilusiones de un viejo carnicero
Un viejo carnicero descansaba en su banquito en el negocio que atendía hacía más de 40 años en el barrio de San Cristóbal. Sentado a un lado de la puerta miraba, como lo hizo muchos años, los autos que pasaban y se imaginaba que allí por la mismísima avenida San Juan, miles o millones de años mediante, hubieron hecho lo mismo cigüeñas o vizcachas o alguna otra manada de animales. Esta analogía entre autos y animales que se deslizan a grandes velocidades por las calles que toda su vida había mirado recorría su pensamiento desde hacía ya muchos años, y este día exactamente como muchísimos otros ocupaba su imaginación tranquilamente en esa y muchas otras sartas de estupideces, buscando de a ratos un puente imaginario para soltarse, como un preso lo haría de sus grilletes, de aquella monótona foto en movimiento que conformaba el acontecer del día entero.
Solía el viejo hacer esto la mayor parte de la tarde, ya que el negocio poco o nada se movía entre las 14.00 y las 18.00 hs, cuando cerraba. Pero como no había empresa más importante para emprender que dejar abierto el boliche para cualquier peso extra que pueda hacerse en la franja horaria muerta, se quedaba sentado en su banco descansando de la "ardua labor de vender carne", como le gustaba a su mente justificar el relax inperturbado.
Un jueves de mitad de año el viejo despertó de repente a la madrugada y no pudo volver a dormirse. Desde ese momento, recorrió su rutina ocupando los blancos que su cuadro ofrecía pensando en el extrañísimo acto que significaba haber, de repente y sin causas claras, despertado un rato antes de lo normal. Entonces, entre las diez y las once de la mañana se dio cuenta que aquel día era especial, que había algo que descifrar. ¡Un acertijo! Se escuchó entusiasta una voz en el fondo de su adormecido interior. El viejo alimentó la sorpresa con la certeza, de fuentes poco certeras, de que había ocurrido algo y que tendría que descifrarlo, no por nada uno despierta de repente en la noche, sin percibir siquiera un bostezo de sueño extra. No se sentía cansado, ni mas despierto que lo acostumbrado, pero sabía que algo había pasado, o que estaría por pasar, y que la vida le hubo de haber avisado, para que despierte.
Llegadas las dos de la tarde tomó su banco, con la seguridad de quien hace algo sabiendo que quedará grabado por siempre en su memoria y en la de los demás, y lo apoyó en la puerta del negocio. Pensante, afianzado en su creencia (real) de que algo iba a zamarrear la aburrida tarde y que habría de estar atento a ello, reposó su cuerpo pero mantuvo alerta la columna, recostando sus codos sobre los muslos y viendo a través del cristal de sus lentes, que rehusó a quitarse por la especial ocasión.
Nada extraño ocurrió a lo largo de toda la tarde. Llegadas las seis, algo decepcionado en su pecho le reprochó duramente a su instinto de percepción metafísico la pésima jugada que le hizo pasar. Pero en el extremo de sus ojos, tenazmente guardó algo de la cómplice sonrisa de quien sabe que aún seis horas quedan para que muera el día, y que el gran golpe, prudente a las atentas antenas de la gente perceptiva y segura como él, jamás se presentaría antes ojos que no parpadeen al verlo. Bien lo sabía él esto, por lo que simuló, con grandes dotes actorales, una frustrada resignación envilecida al cerrar las persianas. La mantuvo aún al encender el auto, y en el camino intento dejar de pensar en ella y distraerse, siempre a propósito, prestando atención al tráfico.
Pero el panorama fue decantándose desde que llegó a su casa en Parque Patricios. Las paredes del edificio, la mugre de las lámparas del pasillo, el suspiro cansado que exhaló al subir un piso de escaleras, todo fue de a poco logrando que sus cejas se relajaran, logrando un sincero y profundo gesto de lástima. Dejó caer el peso de su cuerpo sobre sus nalgas en el sillón, ahora si absolutamente resignado. Por un rato mantuvo la tele apagada y reflexiono sus estúpidas expectativas. Nada coherente encontraba ahora para sostener una remota creencia en la Magia divina, Dios, Buda, Mahoma, la Virgen María o cualquier otra cosa que no sea de carne y hueso.
Después de la cena se dejó perder otra vez en el pensamiento y se colgó mirando fijo un programa de entretenimientos un largo rato. A eso de las once y media, emprende la retirada de su esperanza cansada y desilusionada hacia la cama. Al apagar el velador su esposa un rato después, aun mantenía los ojos abiertos. Qué vida de mierda, pensó. -
Solía el viejo hacer esto la mayor parte de la tarde, ya que el negocio poco o nada se movía entre las 14.00 y las 18.00 hs, cuando cerraba. Pero como no había empresa más importante para emprender que dejar abierto el boliche para cualquier peso extra que pueda hacerse en la franja horaria muerta, se quedaba sentado en su banco descansando de la "ardua labor de vender carne", como le gustaba a su mente justificar el relax inperturbado.
Un jueves de mitad de año el viejo despertó de repente a la madrugada y no pudo volver a dormirse. Desde ese momento, recorrió su rutina ocupando los blancos que su cuadro ofrecía pensando en el extrañísimo acto que significaba haber, de repente y sin causas claras, despertado un rato antes de lo normal. Entonces, entre las diez y las once de la mañana se dio cuenta que aquel día era especial, que había algo que descifrar. ¡Un acertijo! Se escuchó entusiasta una voz en el fondo de su adormecido interior. El viejo alimentó la sorpresa con la certeza, de fuentes poco certeras, de que había ocurrido algo y que tendría que descifrarlo, no por nada uno despierta de repente en la noche, sin percibir siquiera un bostezo de sueño extra. No se sentía cansado, ni mas despierto que lo acostumbrado, pero sabía que algo había pasado, o que estaría por pasar, y que la vida le hubo de haber avisado, para que despierte.
Llegadas las dos de la tarde tomó su banco, con la seguridad de quien hace algo sabiendo que quedará grabado por siempre en su memoria y en la de los demás, y lo apoyó en la puerta del negocio. Pensante, afianzado en su creencia (real) de que algo iba a zamarrear la aburrida tarde y que habría de estar atento a ello, reposó su cuerpo pero mantuvo alerta la columna, recostando sus codos sobre los muslos y viendo a través del cristal de sus lentes, que rehusó a quitarse por la especial ocasión.
Nada extraño ocurrió a lo largo de toda la tarde. Llegadas las seis, algo decepcionado en su pecho le reprochó duramente a su instinto de percepción metafísico la pésima jugada que le hizo pasar. Pero en el extremo de sus ojos, tenazmente guardó algo de la cómplice sonrisa de quien sabe que aún seis horas quedan para que muera el día, y que el gran golpe, prudente a las atentas antenas de la gente perceptiva y segura como él, jamás se presentaría antes ojos que no parpadeen al verlo. Bien lo sabía él esto, por lo que simuló, con grandes dotes actorales, una frustrada resignación envilecida al cerrar las persianas. La mantuvo aún al encender el auto, y en el camino intento dejar de pensar en ella y distraerse, siempre a propósito, prestando atención al tráfico.
Pero el panorama fue decantándose desde que llegó a su casa en Parque Patricios. Las paredes del edificio, la mugre de las lámparas del pasillo, el suspiro cansado que exhaló al subir un piso de escaleras, todo fue de a poco logrando que sus cejas se relajaran, logrando un sincero y profundo gesto de lástima. Dejó caer el peso de su cuerpo sobre sus nalgas en el sillón, ahora si absolutamente resignado. Por un rato mantuvo la tele apagada y reflexiono sus estúpidas expectativas. Nada coherente encontraba ahora para sostener una remota creencia en la Magia divina, Dios, Buda, Mahoma, la Virgen María o cualquier otra cosa que no sea de carne y hueso.
Después de la cena se dejó perder otra vez en el pensamiento y se colgó mirando fijo un programa de entretenimientos un largo rato. A eso de las once y media, emprende la retirada de su esperanza cansada y desilusionada hacia la cama. Al apagar el velador su esposa un rato después, aun mantenía los ojos abiertos. Qué vida de mierda, pensó. -
viernes, 5 de diciembre de 2008
El Oponente

Aqui va el primero. Me gustaria que me escriban que les dejó, si es que les deja algo!
Hoy no tengo nada que decir… y eso, empero, dice mucho. Ni más ni menos es la evidencia de que mi guardia está bajando las defensas. Me estoy dejando golpear, y poco a poco, dejo de tirar golpes; es que ya no veo al enemigo, o al cátcher, es acaso que ya no veo nada y me cansé de dispararle a un blanco transparente, que de momento desaparece.
Lo que no se puede ver complica los actos, y si se dejan pasar días en piloto automático se vuelve peligroso para la salud. Es que cuando lo ves, es tan fácil batir al oponente, o estudiar cómo hacerlo, pero las más de las veces su presencia en el cuadrilátero es una suposición incierta, tán solo un acierto a la certeza que no se resigna a la idea que reza que desde hace tiempo no haces más que golpear al viento.
Así uno se empieza a cansar, y yo me canso, por que se que está, pero no se de que lado…
Uno piensa que con tamaña ventaja el muy astuto golpearía hasta nockear. Pero no. Se mantiene a un lado, y cuando uno corre por el cuadrilátero para encontrarlo tirando golpes, el no hace mas que esquivarte sin tocarte. Golpea mas fuerte manteniéndose al margen, dejándole a uno la hoja entera para terminar desesperado corriendo en círculos como un auténtico tarado. Pero no loco. Debes tener la capacidad para reconocer, para transmitir a los demás, que el oponente no existe y que no existió jamás. Aunque sepas que lo viste, si es que lograste abrir los ojos para ver de otra forma, eso no importa, ya no es relevante en sí la existencia del objeto de discusión, si lo viste, o si no.
Hay un quilómetro en que las cosas dejan de importar, y aquellos que supimos ser para plantarnos los doce rounds son solo sospechas de estupidez. Pero a pesar de todo, uno se encuentra aún allí siendo todavía, sentado en el cuadrilátero sin dejar de llorar. Es entonces cuando piensa lo valioso que es respirar aún, sin importar las circunstancias ni sus consecuencias. Es el momento en que uno se abraza férreamente y cree reencontrarse con aquel ser mismo que nunca debió dejar de ser. Abraza y recorre con los guantes fríos su cuerpo, aún más frío, porque lo que quiso ser, ante el fracaso, se vuelve contra él. Aquella adrenalina tan esencial se vuelve sólo transpiración fría. Ya está muy lejos uno, si no es que inconmensurablemente lejos, de pensar, de recordar si efectivamente alguien acompaño sus días en el round o si no. Simplemente, deja uno los guantes sobre el piso y mientras pega la vuelta les ofrece una última mirada de reojo, como si hubiesen sido ellos el verdadero enemigo. Camina hacia un costado, abre las cuerdas, y se retira.
¿Existe real y tangiblemente el oponente? ¿Es invisible? ¿Importa, acaso, es que viene al caso suponer que esta, creer que esta, saber que esta? Hay tantos oponentes como causas vista la ocasión. Siendo así, ¿Qué matiz oculta en su escencia lo vuelve transparente, abstracto, metafórico e incluso, inexistente?
Existe, convencionalmente, una diferencia entre abrir la puerta y que ya esté abierta, entre ver al oponente y la ceguera, o lo que es lo mismo, su transparencia. Es esto lo que el boxeador debe recordar antes de abandonar por completo lo que en caso de irse sería su última oportunidad perdida, y en caso de quedarse, nada, absolutamente nada. En el round, todo termina donde él termina. En su mente, todo empieza donde él termina. A veces, mirar no es ver. Y si los ojos no pueden mirar al oponente, entonces el alma lo ve. Lo define.
El resto concluye por la arbitrariedad absoluta de la voluntad.
javi
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